lunes, 18 de marzo de 2013

¿Realmente estás haciendo lo que te hace feliz?

-Por que llegaste a esa conclusión?  Dijo aquel hombre entre focos.
+Me pregunte si realmente estaba haciendo en aquel momento me hacia feliz. Conteste. 
-Realmente, fue por esa causa la que decidiste marcharte a la aventura? Dijo de nuevo. 
+Si, sinceramente no estaba acostumbrándome a los cambios en mi vida. Conteste con la mirada perdida. 

Los recuerdos se hacían mas claros mientras la luz de los focos de aquel escenario con el presentador de televisión apuntándome con su micrófono.
Los recuerdos eran todavía mas claros cada pregunta contestada, recordaba como sigilosamente me levantaba un martes por la madrugada, el reloj marcaba las 5:00 pm y la calles estaban vacías. 
La noche acompañaba los faros de la calle, y mi habitación estaba inundada de ropa.
No había podido pegar ojo en toda la noche pensando que pondría en la maldita mochila, que me llevaría conmigo.

-Por que te sometiste a un riego tan alto tu primer día de aventura? Dijo el presentador de televisión. 
+Quería ponerme mis limitaciones y demostrar a algunas personas de done puede llegar a estar mis limites y de lo que soy capaz realmente. Digamos que me sentía libre, feliz y  orgulloso por una vez de mi. 

La puerta quedaba cerrada del todo, mientras, daba los últimos pasos hacia la puerta principal del edificio.
La mochila estaba algo llena, no había quien consiguiera darle forma a eso, los últimos suspiros tras dejar el edificio fueron fluidos. 
El viento no soplaba pero se hacia un lugar el frió entre esas calles, mi reloj de mano marcaban casi las 6 de la madrugada y mi chaqueta hacia que la mochila fuese incomoda de llevar, aun más. 
Fui a la plaza mayor donde suelen dejar carteles en un tablón, algunos arrancados por la noche o algún gandul. 
Algunas opciones de grupo busco artista de música, viajero busca acompañante, información sobre las nuevas obras de la plaza central...etc
Una de ellas contenía información de la ruta continental, se trataba de una de las montañas mas complicadas, no por sus alturas, sino, por su ruta. 
Solo era cuestión de minutos para saber donde poner el ojo en el mapa para situarse y comenzar el trayecto.
La información era la necesaria para saber donde se podía situar la ruta pero no como seria la trayectoria, 
no puse en duda de que aquel folleto estaba destinado a acabar en mis manos.

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